La yerba mate: un gran árbol nativo
La yerba mate es originaria de la Selva Paranaense y a lo largo de los años fue ocupando otros lugares relevantes.
En Argentina desde 1901 se celebra el día del árbol. La conmemoración fue propuesta por el Dr. Estanislao Zeballos y resalta la importancia de este recurso natural, ya que los árboles oxigenan el aire, protegen el suelo y reducen los efectos del calentamiento global, entre otras de sus numerosas y vitales funciones. A lo largo y ancho del país las especies arbóreas forman parte de la diversidad biológica y muchas están protegidas en los parques nacionales. Misiones, por su parte, cuenta con uno de los ecosistemas más diversos del planeta, eso deriva en que muchas especies se encuentren en la selva misionera, las chacras o en plazas.
Dentro de esa amplia diversidad de árboles nativos está la yerba mate, que recibe como nombre científico Ilex Paraguariensis.
Si bien en los yerbales se observan las plantas alineadas y de baja estatura para que sea más fácil la cosecha, en estado silvestre el árbol puede alcanzar una altura entre 12 y 16 metros.
La yerba mate es originaria de la Selva Paranaense y a lo largo de los años fue ocupando otros lugares relevantes: de la mano de los nativos guaraníes, con los Jesuitas y desde 1900 en adelante con la plantación sistematizada y la colonización. En la región existen yerbales de hasta 100 años en algunas reducciones jesuíticas.
Se trata de una planta perenne, es decir que, el árbol se regenera y produce más hojas después de la cosecha.
Otras de las particularidades de la Ilex Paraguariensis es que sus hojas tienen el borde dentado con nervaduras bien marcadas. Predomina el verde oscuro con tonos más claros combinado con el amarillo y el fruto de la yerba mate nace junto a la flor y tiene el aspecto de una bolita chiquita roja.
